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jueves, 17 de noviembre de 2011

LA "INDUSTRIALIZACIÓN" DE LA MINERÍA DE ORO Y PLATA EN COLOMBIA EN EL SIGLO XIX: SOCIEDAD DE ZANCUDO Y COMPAÑÍA MINERA DE ANTIOQUIA


Por: Fernando Molina Londoño. Historiador y maestría en historia, Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. Profesor, Universidad de los Andes.

Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 258 Junio de 2011


En Antioquia, una región caracterizada desde la colonia por la pequeña minería, a mediados del siglo XIX se fue abriendo paso la gran empresa, en un intento por aumentar la escala y la productividad del laboreo mediante la incorporación de modelos de organización y sistemas de explotación más eficientes. Surgieron así algunas de las empresas más considerables del país en el siglo XIX.

Joseph Brown. Nativo jornalero de las minas de Santa Ana llega con un despacho. 1830.
Desde la colonia, el principal producto de exportación del país fue el oro. Con la minería de oro y plata en el siglo XIX, Colombia logró integrarse como república independiente a la economía mundial con un exitoso producto de exportación, configuró una eficaz red de caminos de herradura que animaron el comercio y la colonización de baldíos, creó el ambiente para que numerosas personas desarrollaran habilidades técnicas, empresariales y gerenciales, propició una distribución amplia del ingreso por exportaciones que impulsaron el consumo de bienes manufacturados y permitió la acumulación de capitales que se invirtieron en otras actividades como la banca, los transportes, la agricultura y la financiación del Estado.
No tanto con esclavos, como en el Cauca, sino con mano de obra libre, en Antioquia existió una explotación mayoritariamente familiar o de pequeñas compañías de mineros que originaron una gran dinámica económica y empresarial. Sin embargo, en una región caracterizada desde la colonia por la pequeña minería, a mediados del siglo XIX, se fue abriendo paso la gran empresa, en un intento por aumentar la escala y la productividad del laboreo mediante la incorporación de modelos de organización y sistemas de explotación más eficientes. Surgieron así algunas de las empresas más considerables del país en el siglo XIX. La Sociedad de Zancudo llegó ser la más grande y rentable de Colombia.
El objetivo de este artículo es mostrar cuáles fueron los mecanismos que emplearon la Sociedad de Zancudo y la Compañía Minera de Antioquia para industrializar la minería, cuando el país no había iniciado un proceso de industrialización y estaba más empeñado en desarrollar la agro exportación. También se ilustra cómo ambas llegaron a convertirse en dos de las empresas colombianas más importantes por el capital invertido, la rentabilidad, el número de trabajadores, la organización y la tecnología.
La Sociedad de Zancudo fue una empresa ordinaria de minas, de 28 acciones, creada en Medellín en 1848 por el acaudalado comerciante, minero y político conservador, José María Uribe Restrepo (1790-1854), para laborar varias minas de veta y aluvión de oro y plata en el Distrito de Titiribí. Las dos minas más importantes eran El Zancudo y Los Chorros, explotadas desde finales del siglo XVIII. Una compañía que dejaba pérdidas a sus anteriores propietarios, empezó a dar ganancias en poco tiempo, porque Uribe y sus socios pusieron orden en la extracción y aumentaron el número de molinos de pisones y arrastre para triturar mineral.
Lavadoras de oro, río Guadalupe, Medellín. Láminas de la Comisión Corográfica, 1850-1859.
Esto ocurría en una etapa de expansión de la industria minera, debido a la introducción de técnicas, personal y capital extranjeros, gracias a lo cual se mejoró la producción de yacimientos de aluvión por la introducción de dragas y la explotación de minas de veta, que había recibido poca atención a lo largo de la larga historia minera regional. Por estos años, la producción antioqueña de oro también experimentó un notable crecimiento porque el gobierno regional eliminó los impuestos al comercio del metal (1851), medida que junto a la fiebre del oro que afectó al mundo por el descubrimiento de minas en California y Australia, incentivó la inversión nacional y extranjera en Colombia. Por ejemplo, en 1852, se constituyeron la Frontino Gold Mines y la Compañía Francesa de Segovia con capital inglés y francés para explotar esos yacimientos antioqueños. Con capital colombiano se constituyó la Compañía Minera de Antioquia (1855).
Por su parte, durante esta etapa de auge minero, Carlos Coriolano Amador (1835-1919), yerno del fundador de Zancudo, entró a controlar la empresa en 1863. Con el visionario comerciante italiano Juan Bautista Mainero (1831-1918), segundo socio en importancia, la transformó introduciendo innovaciones en la organización, los procesos y las materias primas.
Coriolano Amador. Hamburgo, ca. 1886. Fotografía anónima. En: Luis Fernando Molina Londoño. Empresarios colombianos del siglo XIX. Banco de la República/El Áncora Editores, Bogotá, 1998.
El Zancudo fue la primera firma minera colombiana, de tipo familiar, donde la organización tuvo una separación entre propiedad y control, es decir, tuvo gerentes profesionales a sueldo, sin parentesco con la familia. Esto ocurrió desde la etapa inicial de expansión (1863-1867), cuando contrataron como director al experto metalurgista alemán Reinhold Paschke.
En efecto, fue la primera firma minera colombiana, de tipo familiar, donde la organización tuvo una separación entre propiedad y control, es decir, tuvo gerentes profesionales a sueldo, sin parentesco con la familia. Esto ocurrió desde la etapa inicial de expansión (1863-1867), cuando contrataron como director al experto metalurgista alemán Reinhold Paschke. Entre 1867 y finales de siglo, en Zancudo se configuró una jerarquía gerencial de varios niveles de mando, a cargo de numerosas dependencias especializadas. 
Amador y Mainero también viajaron a Europa con el objeto de contratar mano de obra calificada que no existía en el país. A Colombia no sólo llegó contratado Paschke, sino un grupo considerable de técnicos e ingenieros alemanes, ingleses, franceses y belgas que se encargaron del montaje de nuevos sistemas de extracción y beneficio de minerales. Se sabía que el material sacado de la mina de Zancudo tenía altos contenidos de oro y plata, pero esta última se perdía por falta de técnicas y personal experto para extraerla. Amador decidió, como socio mayoritario, introducir un sistema de beneficio que también permitió recuperar la plata, imitando los sistemas de Freiberg (trituración, amalgamación, cianuración, lixiviación, fundición y refinación o copelación).
Billete de 50 centavos de la Sociedad de Zancudo, con una imagen de los mineros y la de Carlos Coriolano Amador y su firma. ca. 1890.
La dispersión de numerosas vetas en un amplio territorio exigió una organización compleja para coordinar actividades como explotación, beneficio de minerales, importación, abastecimiento y transporte de insumos como máquinas y herramientas para las minas, traslado de remesas a Medellín y Londres, abastecimiento de víveres para sostener trabajadores, envío y pago de nóminas en efectivo, control estadístico de la producción, manejo financiero con las más modernas técnicas contables, planes de trabajo (exploración y nuevas explotaciones) y presupuestos.












Fragmento del Mapa de la Provincia de Antioquia en la República de la Nueva Granada, trazado por C.S. de Greiff, 1857. En rojo Medellín y las zonas mineras de Titiribí y Entrerríos.

Debido a la escala de los montajes industriales que demandaron mayor cantidad de materia prima, se aumentó la extracción y el procesamiento mecánico de minerales. Así, el uso del pequeño molino antioqueño con cuatro pisones, introducido en Antioquia por el ingeniero inglés Tyrell Moore, a finales de la década de 1820, se sustituyó por el molino californiano de 24 pisones. La extracción de roca con pica, se complementó con taladro neumático y voladura con dinamita; a la extracción manual de agua de los socavones, se integró la bomba para desaguar más rápidamente las partes inundadas, y el transporte de mineral de las minas a la fundición mediante mula, se complementó con el cable aéreo. En la empresa quizás no se justificó la inversión en la fuerza de vapor para mover molinos y otras máquinas por la abundancia de ríos en la zona que proveían fuerza hidráulica. 
En Zancudo se organizaron dos fundiciones, Sabaletas y Sitio Viejo, con características afines a las de la fábrica moderna, es decir, con numerosos trabajadores supervisados por mandos medios, procesos industriales controlados donde se combinaban tiempos, movimientos y cantidades de obra, rigurosamente medidos con métodos estadísticos. La riqueza carbonífera de Titiribí, contigua a las minas de oro y plata, permitió, además, un abastecimiento rápido y económico de combustible para los hornos. Esto representó también una oportunidad para ampliar el negocio minero a la extracción y venta de carbón para abastecer el mercado de Medellín y más adelante al ferrocarril. Para reducir costos, la fundición de Sabaletas fue desmontada hacia finales de siglo y todos los trabajos se concentraron en Sitio Viejo, por su cercanía a los mejores yacimientos de carbón.
A la sombra de Zancudo, se desarrollaron otras fundiciones de hierro y talleres de reparación y fabricación de máquinas y herramientas como la del alemán Reginaldo Wolff, quien fabricó para Zancudo el primer molino californiano que se hizo en Colombia. También motivó la demanda de hierro que desde finales de la década de 1860, empezó a producir la Ferrería de Antioquia, ubicada en la cercana población de Amagá.
La innovación continua por más de cuarenta años se financió con la reinversión constante de utilidades y con cuantiosos préstamos bajo hipoteca de inmuebles de los dueños, no de la Sociedad, otorgados por poderosas firmas bancarias y comerciales extranjeras y antioqueñas como "Restrepos y Cía.". Zancudo tuvo un banco propio desde 1882 aproximadamente, pero sus actividades se limitaban a proveer recursos para el funcionamiento y no para la financiación de la empresa.
Paschke y los demás extranjeros prepararon al personal colombiano que continuó a cargo de las tareas administrativas y técnicas de la mina y la fundición, hasta que a principios del siglo XX, la empresa empezó a incorporar ingenieros egresados de la Escuela de Minas de Medellín.
tribuido a E. Nichols. Chozas en las minas de Marmato.
La Sociedad ordinaria de minas era la forma más generalizada de organización societaria en Antioquia. En ella, unos tenían carácter de socios capitalistas y otros de socios industriales, quienes podían aportar la mina, otros las máquinas y herramientas, otros la administración y el conocimiento en la explotación y otros su concurso en el laboreo. Todos tenían los mismos derechos y obligaciones. .
Los ingenieros de la Escuela de Minas, fundada en 1887, tuvieron un campo de acción muy amplio en la empresa, pero en especial desde 1907, cuando iniciaron la adecuación de los sistemas de explotación y empezaron a implantar con éxito sistemas "tayloristas" de administración para mejorar la productividad de los obreros, aprovechando viejas prácticas, semejantes a las propuestas por Taylor y Fayol, que ya existían en Zancudo desde la década de 1860.
Pese a los esfuerzos de los ingenieros antioqueños, la sociedad experimentó deterioro en la capacidad de innovación que se reflejó en bajas de la producción y la rentabilidad desde principios del siglo XX. El aumento de los contenidos de plata en los minerales empezó a crear una situación que no correspondía con una tecnología y una experiencia que se centraba más en la extracción y beneficio del oro, por demás, un producto que siempre recibió más atención de los socios y gerentes por su mayor valor frente a la plata. La empresa tuvo una larga agonía desde 1910, hasta su cierre en 1948.

Compañía Minera de Antioquia

Varias compañías mineras por acciones, nacionales y extranjeras, se conformaron en Antioquia bajo el influjo inspirador del éxito logrado por la Sociedad de Zancudo. Precisamente en 1875 fue fundada la Compañía Minera de Antioquia, CMA, sólo que como sociedad anónima y no como sociedad ordinaria, forma en que tradicionalmente se habían agrupado los mineros en Antioquia para reunir recursos y distribuir los riesgos. .
La CMA, pese a su corta duración en comparación con Zancudo, surgió como una respuesta a la oportunidad de tomar en arriendo minas pertenecientes a individuos y sociedades sin capital suficiente para explotarlas. Sus fundadores, el acaudalado minero y comerciante Julián Vásquez y el ingeniero británico Robert White, buscaban atraer la inversión de las grandes casas comerciales y bancarias de Medellín que, por entonces, carecían de interés por el comercio internacional afectado por una tremenda devaluación de la moneda local, por la inflación y el ambiente de guerra propiciado por los liberales caucanos, lo que convulsionó la actividad económica regional. Vásquez y White lograron reunir 1.180 accionistas, entre acaudalados y modestos, domiciliados en diferentes zonas de Antioquia y Cauca. Este hecho marcó una diferencia profunda con la manera habitual de asociación.
Algunos socios actuaban como agentes comisionistas de la CMA, en la compra de víveres y ganado para enviar a las minas a cargo de la Compañía, coordinando además su transporte. La dispersión de numerosas vetas en un amplio territorio exigió una organización compleja para coordinar actividades como explotación, beneficio de minerales, importación, abastecimiento y transporte de insumos como máquinas y herramientas para las minas, traslado de remesas a Medellín y Londres, abastecimiento de víveres para sostener trabajadores, envío y pago de nóminas en efectivo, control estadístico de la producción, manejo financiero con las más modernas técnicas contables, planes de trabajo (exploración y nuevas explotaciones) y presupuestos. Todo se hacía mediante una coordinación centralizada en Medellín de las redes comerciales que atendían las necesidades de la empresa en toda la región. A su vez, con los centros de recepción de oro en Europa y el envío, desde allá, de mercancías que se requerían en las minas.

Conclusión

No obstante sus pocos años de operación (1875-1882), la CMA introdujo una innovación al conformar una nueva estructura organizativa para explotar la minería en una escala mayor. Este hecho, así como toda la dinámica desplegada por la Sociedad de Zancudo manifiestan un claro propósito por "industrializar" la minería. Este proceso avanzó a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y tuvo su epicentro en Antioquia, región líder en la explotación de oro en Colombia. Transformar una actividad en el contexto de un país no industrializado, exigió a los empresarios e inversionistas, como aquí se mostró, el empleo de complejos sustitutos para reunir y suplir los recursos faltantes en el medio colombiano, caracterizado, entre otros factores, por su atraso tecnológico, falta de capitales, inexperiencia en administración de empresas, predomino del capitalismo familiar que limitaba el crecimiento de las empresas, permanente inestabilidad política por guerras civiles y conflictos interregionales, falta de mano de obra calificada y dificultades de transporte.
BIBLIOGRAFÍA
Botero, María Mercedes. La ruta del oro: una economía primaria exportadora, Antioquia 1850-1890, Medellín, Fondo Editorial Universidad EAFIT, 2007.
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Gerschenkron, Alexander, "La modernización empresarial", en Myron Weiner (ed.). Modernización, México, Editorial Roble, 1969.
Dávila, Carlos (compilador). Empresas y empresarios en la historia de Colombia. Siglos XIX-XX. Una colección de estudios recientes, Bogotá, Editorial Norma, Ediciones Uniandes, Facultad de Administración de la Universidad de los Andes, CEPAL, 2003, 2 tomos.
Molina Londoño, Luis Fernando. (2006). Empresarios colombianos del siglo XIX, 2ª. ed., Bogotá, Universidad de los Andes, Facultad de Administración, Ediciones Uniandes, 2006.
Restrepo, Vicente. Historia de las minas de oro y plata en Colombia, Medellín, Fondo Rotatorio de Publicaciones Faes, 1979.
Tomado de: Revista Credencial Historia. (Bogotá - Colombia). Edición 258 Junio de 2011

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