REVERSOYDERECHO CLUB DE LECTURA 2012

viernes, 21 de octubre de 2011

Prefiero los hoteles

por HÉCTOR RINCÓN 



Hay un resorte que mueve a la opinión colombiana desde hace añísimos y que no se ha oxidado a pesar del tiempo porque parece aceitado por el unanimismo que producen aquí ciertos temas sensibles que cuando se tocan, ¡pum!, el resorte se contrae, el resorte se dilata, el resorte estalla.
La Sierra Nevada de Santa Marta es uno de esos asuntos. Hace unos treinta años –iba a decir cuarenta porque ya casi todo fue hace cuarenta años—la multinacional hotelera de moda era el Club Mediterranée y desde su sede de París mandó a decir que le gustaría hacer algún desarrollo en el Parque Tayrona. Entonces ese resorte, el de la indignación nacional, se contrajo, se dilató y estalló: qué cómo se les ocurría; que ese era un lugar sagrado; territorio transitable solo por sus dueños ancestrales, los arhuacos, los kankuanos, los wiwas, los arzarios, los Mamos todos, los hermanos mayores como quien dice, y que nadie más podía hacer uso de sus tierras, menos nosotros, los hermanos menores y menos, mucho menos, esos franceses de mierda del Club Med que se fueran con sus propuestas a otros mares y que hicieran sus hoteles para multimillonarios en otras selvas.
Así fue el asunto. Todo un alboroto que está en las columnas y en los artículos de los periódicos de la época. Igual que ahora. Se dijo entonces, como se dice ahora, que al Parque y a la Sierra lo que había era que preservarlos de todo mal y peligro. Cuidarlos como la joya que eran para evitar que pusieran sobre sus inmaculadas aguas y sobre sus frondosos bosques las sucias manos capitalistas.
Mientras pasaba aquella histeria –y el resorte de la indignación nacional se recogió–, el mundo que es dinámico y avispado desarrollaba el ecoturismo y hoy en muchas partes del planeta verde y azul hay millares de áreas protegidas gracias a esta industria. Organizaciones hoteleras han hecho de la conservación del medio ambiente su negocio porque lo que menos le conviene a sus bolsillos es deteriorarlo. Lo usufructúan y lo conservan. Y por ello pagan y lo vigilan y generan empleos.
Mientras tanto, mientras las costa ricas y las nuevas zelandas, mientras las madagascar y las maldivas han impulsado el ecoturismo y, por ahí derecho, han logrado conservar intacto su riqueza ambiental, la Sierra Nevada de Santa Marta es hoy un dudoso santuario porque el Estado colombiano en todos estos años no ha sido capaz de preservar sus 160 por 180 kilómetros de longitud que es lo que mide en su base, vaya usted a mirar y atérrese.
Después de todo el tiempo que siguió a aquella ola de indignación patriótica, siguen airosos, arrogantes incluso, los picos Colón y Bolívar con sus 5.770 metros de altura; y corren hacia el mar los 40 ríos y quebradas, pero ninguno de esos afluentes, ni el Camarones ni el Dibulla, ni el Orihuela ni el Ranchería ni el Badillo, son ya tan impetuosos porque la Sierra ha sufrido la incapacidad del Estado de cuidarla.
Hay en ella zonas invadidas por desposeídos de los tres departamentos en los que tiene tierras la Sierra y/o por traficantes de títulos que ya deben estar reclamando propiedad sobre ellas. Y grupos guerrilleros. Y paramilitares. Y unos y otros, traficantes de narcóticos en general, que emplean sus laderas y quizás se parapetan en que se trata de un territorio intocable para evitar ser tocados. Durante años se hizo leyenda el Señor de la Sierra, Hernán Giraldo, acusado de todos los delitos imaginables, violador sistemático de 19 víctimas, jefe del Bloque de Resistencia Tayrona, amo y dueño de aquellas cumbres.
(Entre paréntesis me parece incluso de agradecer que ante el panorama oscuro de las noticias que en los últimos años ha generado la Sierra y el Tayrona, noticias teñidas de muerte y de violaciones, haya empresarios extranjeros que deseen invertir en esos territorios).
Ante esta realidad y ante la certeza de que el Estado no ha tenido ni tiene ni tendrá con qué cuidar la Sierra, ante la perspectiva de su deterioro, no soy de los que impulsa el resorte de esa indignación. Con esos indignados no estoy. Colombia que no tiene policías en moto para vigilar la Séptima con la 19, no va a tener policías a caballo para cuidar el río Palomino.
Deben existir –tienen que existir— maneras de ver el asunto desde varios ángulos. Y fórmulas diversas para que de ellas los primeros beneficiados sean, incluso, los mismos indígenas que merecen su territorio. Pero un territorio no devastado por la ilegalidad y no ensangrentado por ella, sino un territorio grato y rico y ordenado

sábado, 15 de octubre de 2011

La industria bananera y el inicio de los conflictos sociales del siglo XX

Por: Leonardo Agudelo Velásquez

Historiador, Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. Investigador y docente, Universidad Autónoma de ColombiaEDENCIAL

La historia de la industria bananera se inició con el nombre de una empresa que ha marcado a la región Caribe a lo largo del siglo XX: United Fruit Company Sus fundadores fueron Lorenzo Dow Baker, Minor C. Keith y Andrew Preston. La Compañía se fundó en junio de 1870 cuando la goleta de ochenta y cinco toneladas, Telegraph, capitaneada por Baker, atracó en el puerto de Morant, en Jamaica, a cargar bambú. Allí un comerciante le ofreció al capitán una carga de banano verde, que éste compró a veinte centavos de dólar el racimo. Luego de arribar al puerto de Nueva York, once días después, vendió el cargamento entre dos y tres dólares el racimo. Baker repitió el viaje y se reaprovisionó de banano verde, pero el trayecto de Jamaica a Nueva York dependía de las condiciones climáticas y en esta ocasión se retrasó, por lo que tuvo que arrojar parte de la carga al mar.


Todo cambió en 1880 cuando Baker compró una goleta con un motor auxiliar de vapor que le permitió transportar en diez días una carga de diez mil racimos entre la isla del Caribe y la ciudad de Boston1. Para 1885 creó, en territorio de los Estados Unidos, una red de distribución de banano en asocio con el vendedor de la fruta Andrew Preston y ocho personas más, quienes diez años más tarde figuraban como millonarios norteamericanos. En 1890 la Boston Fruit Companycontaba con diez barcos, bautizados por Baker como la “Gran Flota Blanca”, nombre que se haría famoso en Centroamérica y el Caribe. El grupo fundador se completó con Minor C. Keith, quien había viajado, en 1881, desde Brooklyn en Nueva York, hasta Centro América para construir ferrocarriles, siguiendo los pasos de su tío Henry Meiss, conocido constructor de vías férreas en América Latina. 
El ferrocarril más importante de Keith fue la línea de cuarenta kilómetros entre San José de Costa Rica y el puerto de Limón. Su construcción se asemejó a la muralla china, no por la magnificencia de la obra, sino por los cinco mil trabajadores que murieron en su construcción, junto a tres de sus hermanos. Keith se convirtió luego en exportador de banano de Costa Rica y para 1883 exportaba cinco millones de racimos, y se había casado con la hija del presidente del país centroamericano. En momentos en los que tuvo problemas de liquidez viajó a Boston para entrevistarse con Andrew Preston y de la reunión que sostuvieron, el 30 de marzo de 1899, surgió la United Fruit Company con un capital de 11.230.000 dólares. Iniciaba el siglo XX, proclamado por el presidente Theodoro Roosevelt como “el siglo norteamericano”. 
Para 1910, la gran flota blanca de la United desembarcaba en Inglaterra su primer cargamento, iniciándose así el canje de fruta por barcos. Minor C. Keith construyó líneas férreas que unieron a México con el Salvador y con los océanos Pacífico y Atlántico. Se creaba así una empresa que sumaría la economía y la política a una escala geográfica que integraba el mar Caribe con el enorme mercado de Estados Unidos e Inglaterra. A nivel mundial, en 1910, la United controlaba el 77% del mercado de banano. Siguiendo el modelo de monopolio global del titán empresarial de la época, la Standard Oil de New Jersey.

Lorenzo Dow Baker, fundador de la United Fruit Company. Biblioteca del Congreso, Washington, D.C..

LA PROVINCIA DEL MAGDALENA

El inmenso espacio selvático de la Provincia del Magdalena comunicó, desde la colonia, la ciudad de Santa Marta con los puertos interiores del río Magdalena, al suroeste con el contrafuerte de la Sierra Nevada de Santa Marta, que se eleva desde cero metros en el parque Tayrona hasta nieves perpetuas en los picos Simón Bolívar y Colón, y al norte siguiendo la línea costera a la península de la Guajira. Pese a su inmenso potencial la Provincia del Magdalena estuvo confinada a una agricultura de subsistencia para el consumo local y la exportación de madera de tinte. La mayor actividad económica de la región a comienzos del siglo XIX fue el contrabando, luego de la frustración de la elite emancipadora cuando intentó explorar las ventajas del tráfico naviero, pero se encontró con la crónica falta de capital en la nueva república. Fue el auge del puerto de Barranquilla, en la segunda mitad del siglo, que propició el establecimiento de una agricultura comercial para abastecer la creciente población del puerto. A ello siguió la llegada de la empresa francesa del canal de Panamá y sus veinte mil obreros, para la construcción de la vía interoceánica, lo que amplificó no solo el mercado para la agricultura comercial sino para sombreros, toallas y objetos de fique elaborados en la Provincia del Magdalena. Esta ampliación produjo un auge económico y demográfico en el poblado de Ciénaga, donde convergían el café, el tabaco, el cacao y el maíz, cultivados en el interior de la Ciénaga Grande, que circulaban por el camino de la Barra de Salamanca. La agricultura comercial, que se inició en haciendas de las estribaciones de la Sierra Nevada, fue orbitando a la región de los seis ríos (Riofrío, Córdoba, Sevilla, Tucurinca, Aracataca y Fundación) que corren al occidente de la Sierra hacia la Ciénaga Grande, complementando la producción ganadera de Valledupar y de café en Villanueva2.

Día de corte de guineo en la zona bananera, 1935.
En 1928, 50 mil personas vivían en la zona cruzada por el ferrocarril y 30 mil trabajaban para la industria del banano, que se había beneficiado de la llegada de trabajadores de Bolívar, Atlántico y Santander, atraídos por los mejores salarios. Ello significó una mayor demanda de alimentos, por lo cual desde 1916 la United estableció un sistema de comisariatos donde vendía artículos que importaba en sus buques, evitando así el retorno con sus bodegas vacías. Los trabajadores adquirían las mercancías con los cupones que pagaba la compañía por su labor. De allí el encono de comerciantes y tenderos hacia la United.
Locomotora y vagones para el
transporte de guineo. Tomadas de: Bermúdez Bermúdez, Arturo.
Álbum histórico de Santa Marta – La ciudad de ayer. Bogotá, Gente Nueva
Editorial para la Universidad del Magdalena, 2002.

A comienzos de la década de 1870, el investigador John May reportó al Comité de Acreedores de Colombia que la región era prometedora para un futuro desarrollo del cultivo de algodón, índigo y tabaco. Familias tradicionales de Santa Marta y Barranquilla –Fergusson, Bengoechea, Riascos, Barreneche, Díaz Granados y Goenaga– invirtieron en tierras y en canales de irrigación tomando las aguas del Riofrío, y luego se constituyeron en cultivadores de banano.
Andrew Preston, fundador de la United Fruit Company. Biblioteca del Congreso, Washington, D.C..
El desarrollo económico de Ciénaga y el control político de la elite de Santa Marta, desembocó en importantes tensiones que afloraron en la guerra de 1875-1876, cuando los cienagueros, al mando del general Ramón Santodomingo Vila, estuvieron a punto de dominar Santa Marta, salvada de la derrota por la llegada de refuerzos de tropas nacionales en 1878. Durante la república radical, Ciénaga fue la capital de la provincia, pero las tensiones se mantuvieron hasta bien entrado el siglo XX.

EL BANANO EN EL CARIBE: ORÍGENES

En la década de 1830, Francis Pogat trajo al Caribe la variedad Gros Michel cuyo cultivo captaría el gusto de la población en los países más desarrollados. A finales del siglo XIX, aumentó la demanda de la fruta en Estados Unidos, y el banano, que podía recolectarse todo el año y ser transportado durante su ciclo de madurez de 21 días, reclamó una gran flota de buques refrigerados para el transporte de la fruta, por ello las pequeñas empresas no pudieron competir, con lo cual se acentuó la tendencia monopolística en el sector3. El presidente Rafael Reyes (1904-1909) había concedido exención de impuestos a la producción y exportación del banano hasta 1929 y la concesión de tierras hasta 1911. La compañía adquirió en Aracataca las haciendas Santa Ana y Santísima Trinidad que, en 1920, sumaban 13.078 hectáreas. 
En esa década de 1920, la inflación de precios y la consecuente subida de salarios, mermó el margen de ganancia de los hacendados que, en ocasiones, se compensaba con un mayor pedido de la United . Para finales de la década la mano de obra escaseaba y los salarios se habían estancado alrededor de un dólar. Entonces los trabajadores bananeros comenzaron a organizarse y dirigentes locales, representantes de la clase de propietarios de plantaciones, pidieron al gobierno nacional que se impusiera algún impuesto a la exportación del banano y se nacionalizaran los ferrocarriles de la Compañía.
El banano significaba para el Departamento el 95% de sus exportaciones, pero a nivel nacional sólo representaba el 7%. Para 1921 sólo existía en la región una producción de 12.000 sacos de café.
En 1928, 50 mil personas vivían en la zona cruzada por el ferrocarril y 30 mil trabajaban para la industria del banano, que se había beneficiado de la llegada de trabajadores de Bolívar, Atlántico y Santander, atraídos por los mejores salarios. Ello significó una mayor demanda de alimentos, por lo cual desde 1916 la Unitedestableció un sistema de comisariatos donde vendía artículos que importaba en sus buques, evitando así el retorno con sus bodegas vacías. Los trabajadores adquirían las mercancías con los cupones que pagaba la compañía por su labor. De allí el encono de comerciantes y tenderos hacia la United. Esta aseguraba en tanto la lealtad de las grandes familias de la región –Dávila, Goenaga, Campo, Serrano, Díaz Granados, Salcedo, Ramón–, que disponían de grandes extensiones de tierra y de capital para proveer a la compañía de banano, contando con la compra de sus cosechas por una sola firma. De estas familias salía la clase dirigente que controlaba la región y los representantes y senadores del Departamento de Magdalena. Estas grandes familias concentraban el crédito, las tierras y los capitales, lo que estimuló la antipatía de pequeños y medianos propietarios de tierras que no podían expandir sus cultivos de banano. 
Minor C. Keith, fundador de la United Fruit Company. Biblioteca del Congreso, Washington, D.C.
La huelga bananera de 1928 fue una muestra del relevante poder de la United en la región. El cese organizado por el Partido Socialista Revolucionario, representado en la región por el líder Raúl Eduardo Mahecha, logró la parálisis de 25.000 obreros bananeros. En respuesta el gobierno de Miguel Abadía Méndez envió, a mediados de noviembre, tropas al mando del general Carlos Cortés Vargas. Los trabajadores elevaron un petitorio que no fue atendido por el gerente de la empresa, alegando falta de legalidad de los representantes obreros. En las peticiones había puntos como la declaratoria de contrato colectivo entre los trabajadores del banano y la empresa, la cesación de pagos en vales a los obreros y el fin de los economatos donde la United obligaba a comprar a los obreros. Para el gobierno conservador la huelga fue vista como el inicio de una insurrección general, latente desde la derrota liberal en la guerra de los 1.000 días. La poca receptividad de la empresa a los pedidos de los obreros que habían organizado el inmenso paro, desembocó en el plan de los líderes obreros de marchar desde Ciénaga, centro de la protesta, hasta Santa Marta, marcha que fue detenida por la tropas dirigidas por el comandante militar y político del Magdalena, Cortés Vargas, que había recibido sólidos poderes con la declaratoria de turbación del orden público emitida un día antes, el cinco de diciembre de 1928, por el gobierno nacional.
La huelga se saldó con un gran número de obreros y familiares muertos, cifra que no se pudo precisar, pero que se supone alta por la magnitud del movimiento, pues a ella se sumaron las jornadas de protestas estudiantiles el 8 de junio de 1929, que significaron el ocaso de la hegemonía conservadora que gobernaba a Colombia desde 1904 y la llegada al poder del Partido Liberal.
La primera gran crisis económica del capitalismo por la quiebra de la bolsa de Nueva York en octubre de 1929, llevó a la United Fruit Company a bajar la compra de banano y a negociar la fusión con su mayor competidora: la Cuyamel Company , fundada por Samuel Zemurray, un comerciante de banano que se había incorporado al negocio de la fruta en 1895, en Alabama, y que en 1910 se había embarcado en una aventura militar junto a Mario Bonilla, quien había sido presidente de Honduras, un soldado de la fortuna llamado: "general" Lee Christmas y su protegido Guy "ametralladora" Molonoy, pistolero profesional, quienes se apoderaron de Honduras. La competencia ruinosa entre las empresas bananeras en medio de la Gran Depresión, llevó al intercambio de acciones entre la United y la Cuyamel por un valor de treinta millones y medio de dólares4.
El desarrollo de la industria bananera en Colombia se dio sobre la senda de ampliar la zona de cultivo y la recuperación del impacto económico de la huelga bananera y la Depresión5.
En 1943 los cultivos de la United en el Departamento del Magdalena, que alcanzaban un área de 23.467 hectáreas, languidecieron por la entrada de Estados Unidos en la segunda guerra mundial, lo que reclamó toda la flota comercial para movilizar hombres y logística a Europa y el Pacífico. Por ello, la United abandonó la zona bananera hasta finales de la década. Al finalizar la guerra, Estados Unidos adquirió el estatus de potencia, pues había quedado con las dos terceras partes de la plataforma industrial y el setenta por ciento de la riqueza global, que le llevó a una era de crecimiento y bienestar nunca antes conocida por la humanidad6.
El área de sembradío de banano tendió a recuperarse lentamente en la década de 1950, debido a la aparición de la enfermedad de Panamá y a la Sigatoka negra que afectaban el cultivo de banano y por la repartición de tierras iniciada, en 1960, por el gobierno de Alberto Lleras Camargo, buscando la salida de Colombia de la violencia liberal - conservadora.
La década de 1960 significó un aumento del área cultivada en la zona de Ciénaga, al tiempo que se constituyó el área de cultivo bananero alrededor del Golfo de Urabá, por la ventaja de estar situado en una zona aislada geográficamente de las grandes tormentas. Desde los inicios del siglo XX se había instalado el consorcio alemán Albingia en Urabá, por el afán del presidente Carlos E. Restrepo de poblar esa región, limítrofe con Panamá a través del Tapón del Darién, e integrarla económicamente a Colombia y evitar otra desmembración como la ocurrida con Panamá en 1903.
En 1963 la Frutera Sevilla, filial de la United en Ciénaga, inició la financiación del cultivo de la fruta de exportación alrededor del golfo de Urabá, en suelos nuevos y libres de enfermedades, además de estar protegidos de las tormentas tropicales. Una tierra de bajo costo, habitada por colonos con débiles conexiones con la agricultura comercial a los que la Frutera proveía asesoría técnica y la construcción de canales de riego y carreteras para la producción, transporte, exportación y comercialización de banano. Vino así un período de gran auge de cultivos entre 1964 y 1968.

EL CONSORCIO ALBINGIA

El consorcio Albingia se estableció con el permiso del Congreso colombiano en el municipio de Turbo sembrando la variedad Gros Michel hasta iniciada la primera guerra mundial en 1914, marcando así el comienzo de la larga relación de comercio entre Urabá y Alemania. 
En 1960, la zona de industrialización del planeta abarcaba nuevamente a países de Europa occidental y el lejano Oriente, donde se extendió la influencia norteamericana por su victoria militar y el posterior programa de reconstrucción de la capacidad productiva destruida por la guerra. Desde 1950, se reactivó el área de cultivo de la fruta en el Caribe y la United varió su modelo de negocio de controlar, desde una posición dominante, la línea de producción, exportación y comercialización del banano, para solo concentrarse en el transporte y la comercialización. Así, el banano se convirtió en el mayor rubro de la contabilidad de estos países, superando a la inversión en cultivo y de paso ahorrándose el choque con gobiernos populistas contagiados por el ejemplo de Juan Domingo Perón en Argentina y de Getulio Vargas en Brasil, de forma que en Centroamérica se inició la política de nacionalizaciones. En Guatemala, por ejemplo, la United poseía una extensa área de cultivo y reserva de tierra, que Jacobo Arbenz, un líder militar carismático, quiso distribuir entre los campesinos. Fue ahí cuando mercenarios reclutados por el servicio de inteligencia norteamericano iniciaron la rebelión que lo derrocó. Además, la United enfrentó en Estados Unidos acusaciones por violar la ley antimonopolio, razón por la cual vendió a cultivadores locales algunas de sus haciendas en Centroamérica y el Caribe y diversificó el área de compra de la fruta abriendo dos nuevas zonas: Ecuador, que se convertiría rápidamente en el primer exportador mundial de banano, y Urabá, que superaría rápidamente en producción a la zona de Ciénaga.
En 1963 la Frutera Sevilla, filial de la United en Ciénaga, inició la financiación del cultivo de la fruta de exportación alrededor del golfo de Urabá, en suelos nuevos y libres de enfermedades, además de estar protegidos de las tormentas tropicales. Una tierra de bajo costo, habitada por colonos con débiles conexiones con la agricultura comercial a los que la Frutera proveía asesoría técnica y la construcción de canales de riego y carreteras para la producción, transporte, exportación y comercialización de banano. Vino así un período de gran auge de cultivos entre 1964 y 1968.
Las exportaciones de banano de esta región significaron en 1965 la diversificación de mercados: el 51% de la fruta viajó con destino a Alemania, el 35% a Países Bajos, el 10% a Suecia y el 3% a Italia. Esa diversidad permitió una mayor autonomía de los productores en la comercialización de la fruta7. En 1966, cuando la Frutera Sevilla se negó a renovar algunos contratos para la compra de la fruta, los propietarios de haciendas y cultivadores se asociaron para fundar Uniban. La comercializadora en la cual se agruparon los productores para exportar directamente sin la mediación de la filial de la United, fue creada el 26 de enero de 1966 como sociedad anónima por 218 accionistas, propietarios de plantaciones. Sus objetivos consistían en el mercadeo de banano y ñame, la investigación, planeamiento y ejecución de proyectos agroindustriales y la búsqueda de la integración de todas las etapas del banano: del cultivo al consumo; junto con el mejoramiento de los métodos y sistemas de producción. En 1969 Frutera Sevilla amenazó con suspender actividades en la zona bananera de Urabá y ello acentuó la alternativa del envío a Estados Unidos de la fruta por parte de los productores, con la propia marca, Turbana, ganando experiencia en el transporte y mercadeo internacional de la fruta y revelando la vocación industrial de la región antioqueña. Posteriormente, con el apoyo del Instituto de Fomento Industrial, IFI, se construyeron barcazas para el transporte de la fruta de la ribera a los barcos fondeados en el golfo. Se convirtió entonces la industria del banano en un dinamizador de las exportaciones colombianas en la década de 1970, cuando la economía del planeta salió de la etapa de la prosperidad y se hundió en la crisis económica por los precios del petróleo, la contaminación ambiental y el aumento del gasto público en países como Estados Unidos. A mediados de la década, la exportación de banano de Urabá atenúo la crisis económica en Antioquia por la caída de la exportación de textiles.
La extraordinaria producción de banano en Ecuador desde 1960, significó una baja en el precio del banano que los cultivadores colombianos tendieron a compensar con una mayor producción, llevando la zona de Urabá al segundo lugar en la exportación agrícola de Colombia, detrás de la zona cafetera, hasta la década de 1980, cuando la producción de banano en esa zona perdió su dinámica y permitió un repunte de la producción en Ciénaga. Entretanto, el orden público en Urabá se convirtió en un factor limitante de la dinámica bananera. El crecimiento de la población en Urabá no fue acompañado de inversión gubernamental en escuelas, hospitales, vivienda, acueducto y alcantarillado, lo cual produjo un enorme protagonismo de sindicatos, ligas campesinas y juntas de acción comunal en la organización de la región. Para 1983 se negoció un número significativo de convenciones laborales entre propietarios de haciendas y trabajadores en Urabá, negociaciones que se desarrollaron en un ambiente de agitación social, con paros y ralentización de la producción. En ello se evidenció el accionar del Partido Comunista de Colombia y del Partido Comunista M.L. liderando cada uno su respectivo sindicato: Sintagro y Sintrabanano, así la situación se agudizó con el surgimiento de grupos armados de izquierda como las FARC y el EPL. Esto creó el marco de un conflicto social entre los inversionistas con la fuerza de trabajo de los colonos que rápidamente hicieron tránsito a ser trabajadores agrarios en una zona de periferia y de enorme valor geoestratégico como Urabá. Entre 1988 y 1995 los homicidios en la región bananera –que comprende los municipios de Apartadó, Carepa, Chigorodó, Turbo y Necoclí–, fue cuatro veces mayor que en el resto de municipios de Urabá8.
Para la década de 1990 el banano representó el 43% de las exportaciones de la región Caribe colombiana, su impacto en el empleo de la región de Urabá fue muy significativo, pues generó 105.000 puestos directos y en la zona bananera de Ciénaga 30.000 empleos9.

PRODUCCIÓN MUNDIAL DE BANANO

A comienzo de la década de 1990 surgió otro cambio en el mercado mundial bananero: la Unión Europea estableció un régimen común de importación de banano que imponía límite a la cantidad que importaba Europa y gravaba con impuestos de entrada a la fruta proveniente de los países donde las grandes firmas norteamericanas comercializadoras de banano tenían inversiones. Ello desató una guerra comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, en la cual los norteamericanos llevaron su reclamo por las restricciones al Libre Comercio ante la Organización Mundial del Comercio. La cuota de exportación de banano para 1999 fue fijada en dos millones y medio de toneladas y la fruta colombiana tiene un cupo de una cuarta parte.
Este nuevo contexto reclama un persistente aumento de la productividad con base en la inversión en investigación y desarrollo para satisfacer la demanda creciente y oportunidades de exportación de productos agrícolas, sumado a la ventaja de acceso a los dos océanos para la llegada a países donde el banano constituye una fruta de consumo habitual. Son estos los desafíos del sector bananero colombiano en el siglo XXI.
Según la FAO, Organización Mundial de Alimentos, en 1999 se produjeron en el mundo 56 millones de toneladas de banano, siendo la cuarta fruta en producción en el mundo tras la manzana, la uva y la naranja. De 1961 a 1999, el área cultivada de banano pasó de 2 millones de hectáreas a 3.8 millones. Ello debido a la extensión de la forma de vida norteamericana en la posguerra y a finales de los 80, tras la caída del muro de Berlín, que marcó el inexorable fin de la URSS y la apertura de las economías de Europa del Este y Asia central al capitalismo. La United Brands, nombre adoptado por la United Fruit Company, pasó su sede de Nueva York a Cincinnati en 1990, cambiando también su razón social a Chiquita Brands, y se vinculó a la nueva forma del mercado bananero que surgió con la caída de la URSS, cuando la comercialización de la fruta empezó a estar fuertemente ligado a la imagen de la marca.
1830
-Francis Pogat trajo al Caribe la variedad de banano "Gros Michel" para su cultivo

1870
El capitán Lorenzo Dow Barker atracó en el puerto Morant de Jamaica donde compró una carga de banano verde que vendió en Nueva York, duplicando más de 10 veces el precio inicial.
1893
Construcción del Muelle de Puerto Colombia por The Barranquilla Railway & Pier Company bajo la dirección del ingeniero Francisco Javier Cisneros.
1899
Se fundó la United Fruit Company , por Lorenzo Dow Baker, Minor C. Keith y Andrew Preston.
1910
La flota blanca de la United desembarcó en Inglaterra su primer cargamento de banano.
1910
La United controlaba el 77% del mercado de exportación del banano.
1928
El 6 de diciembre un regimiento de las Fuerzas Armadas de Colombia abrió fuego contra un número indeterminado de manifestantes que protestaban por las pésimas condiciones de trabajo en la United Fruit Company .
1929
Inicio de la crisis económica conocida como “La gran depresión”, originada en Estados Unidos por la quiebra de la Bolsa de Nueva York. La crisis rápidamente influyó en el resto del mundo
1929
El 8 de junio se produjo una fuerte protesta estudiantil en Bogotá. El estudiante de derecho Gonzalo Bravo Pérez fue asesinado por la policía.
1929
El 8 de junio se produjo una fuerte protesta estudiantil en Bogotá. El estudiante de derecho Gonzalo Bravo Pérez fue asesinado por la policía.
1960
Se inició el área de cultivo bananero alrededor del Golfo de Urabá.
1966
El 26 de enero se fundó la Unión de Bananeros de Urabá S . A., con el objetivo de comercializar el banano en los mercados internacionales, siendo ésta la primera iniciativa nacional en el ramo.

BIBLIOGRAFÍA

Mc Cann, Thomas. Una empresa norteamericana: la tragedia de la United Fruit Company. Barcelona, Editorial Grijalbo, 1977, p. 26
White, Judith. Historia de una ignominia: la United Fruit Company en Colombia. Bogota, Editorial Presencia, 1978, p. 15.
Ibid., p. 30.
Op. cit., Mc Cann, pp. 32-33.
Argueta, Mario R. Historia de los sin historia. 1900-1948. Tegucigalpa, Editorial Guaymaraj, 1992, pp. 81-112.
Hobsbawm, Eric. Historia del siglo XX. Barcelona, Editorial Planeta, 2003, p. 261.
Bonet Moron, Jaime. "Las exportaciones colombianas de banano. 1950-1998". No. 14, Abril 2000, Mimeo, p. 10.
Ibid., p. 12.
Ibid., p. 1.

HISTORIACREDENCIALHISTORIA.NO258

Ficha Bibliográfica

Título: La industria bananera y el inicio de los conflictos sociales del siglo XX
Fecha de publicación: 2011-06-01
Colección: Credencial Historia

jueves, 6 de octubre de 2011

SOBRE EL AGUA

UNA MIRADA CRITICA A LOS ESTUDIOS SOBRE
“LA VISIÓN ANDINA DEL AGUA”
PEDRO PACHAGUAYA – ANTROPOLOGO



Mas que nunca los estudios relacionados al agua recobran una urgencia trascendente debido a la problemática que vive el país e incluso el mundo referente a este recurso vital. Las culturas que habitan los Andes crearon una manera especial de comprender al agua en el pasado la cual sufrió cambios en el presente. En esta monografía resalto las principales características que motivaron a los investigadores para referirse a este tema, además realizo una reflexión sobre algunos puntos, creo son importantes. Problemas como la escasez del agua, contaminación, acceso a este recurso; no son tocados. Finalmente quiero aclarar que este es un avance de una tesis que preparo en la localidad Santiago de Huari ubicada en el departamento de Oruro.

AGUA Y ORIGEN MÍTICO

Las civilizaciones andinas en lo que respecta a su origen mítico, expresaban que el agua era un elemento importante para el origen de la civilización. En una primera aproximación al tema, el agua estaría en directa relación con las deidades andinas encargadas de producir vida, por ejemplo Ticsi Viracocha o Wiracochan, que también es asociado a las cumbres (Greslou, 1992).

Por otra parte la organización espacial y geográfica en el pasado mostraba la existencia de una complementariedad entre opuestos, esto se puede advertir en la división espacial descrita por Bouysse Cassagne y Harris par lo que ellas llaman los señoríos collas:

“El conjunto del territorio Qulla estaba dividido en dos partes (suyu) que correspondían a la vez a divisiones ecológicas y étnicas: Urqusuyu y el Umasuyu.....

La línea que partía en dos el territorio y marcaba esta división se identifica con el eje acuático qulla, zona privilegiada de esta primera edad mítica” (Bouysse Cassagne, Harris, 1987:21).
La división espacial del territorio de los señoríos collas otorgaba ciertas características de identidad a los habitantes de cada lugar, relacionando estas particularidades al espacio: “Urqusuyu representa las partes altas, además que el campo semántico trataría de la virilidad asociada a la violencia, la guerra, campo que corresponde a lo masculino por antonomasia” (Bouysse Cassagne; 1987: 215) esto quiere decir que se relacionaba Urqusuyu con las características alto, hombre, seco: en contraposición: “Umasuyu representa las partes bajas, simbólicamente designaba al agua, a todo individuo que estaba vinculado con el mar o el lago, lo femenino” (Ibíd., 219) por lo tanto las características, femenino, húmedo, parte inferior y agua, que representaban al Umasuyu, dan a entender que las personas que habitaban estas zonas eran asociadas con estos elementos, es de suponer que estas personas sé auto identificaban con estas características.

LOS TIPOS DE AGUA EN LOS ANDES

Actualmente el agua se presenta en la naturaleza bajo diversas formas: ríos, lagos, lluvias, vertientes, granizo, nieve, etc. En algunas comunidades andinas cada uno de estos tipos de agua cuenta con distintas propiedades y significados (Gomel, 1997:93).

El Agua Que Corre

Los ríos son considerados como los caminos del agua los hay temporales y permanentes son pasivos y a veces encolerizados (Gomel Apaza,2001:96) se asocia el agua de los ríos a lo masculino, el agua que corre es el semen fertilizador de la tierra (Greslou,1992:17) “El agua de las acequias y los ríos es símbolo de vida, una identificación que es manifiesta aun en muchas creencias y practicas contemporáneas[ por ejemplo en] la limpieza de acequias o yarka aspiy” (Soldi:22. 1980) que se realiza antes de iniciar el riego, los participantes deben impedir que el agua se estanque dando lugar a una constante circulación del liquido, en otras regiones como Calcha esta practica de limpieza de acequias es conocida como larqa minka (Frías, 2002:83) o también la yarqa faena en Huaquirca (Gose, 2001:101), en esta actividad es necesario acentuar el igualitarismo que existe cuando se distribuye el trabajo, cuando los comunarios están al comienzo, al final o en medio de una acequia. Respecto a la fiesta de la yarqa faena, realizada en Huaquirca Gose señala que los ancianos añoran la gran fastuosidad pasada, para este autor esta nostalgia no significaría un perdida más todo lo contrario: “Una vez que dejamos de ver la limpieza de acequias como un acto aislado, y la colocamos en el contexto de un ciclo ritual más amplio y de las relaciones Estado-comunidad, su desritualización parece menos una perdida de “tradición” y más un compromiso estratégico” (Gose 2001:108), esta afirmación resulta acertada ya que la cultura es dinámica y selectiva por lo tanto no todo es “perdida” como consideran los tradicionalistas.

Frías (2002) interpreta y describe la visión del agua y sus rituales en Calcha, señalando que para el calcheño, el recurso agua no pasa desapercibida ellos tienen una forma especial de imaginarse al agua: 

“El riego en las culturas hidráulicas como la de los calcheños es parte indisoluble de la vida. En torno al riego se genera el ciclo productivo del principal cultivo que es el maíz; el agua y el maíz reproducen los ciclos de vida y por ende la reproducción de la colectividad del ayllu” (Frías, 2002:86)

Ojos De Agua

Los ojos de agua o pacarinas se encontrarían en relación con las aguas que corren en primera instancia tuvieron un rol protagónico para el origen mítico de las culturas andinas.

Las pacarinas son sumamente sensitivas, sus aguas emergen de las entrañas de la pachamama. Por lo general son mujeres y se las denomina chujnamama, el agua de las pacarinas muchas veces es curativa cuando se las recoge después de media noche antes del amanecer, a esta agua se les denomina serenazcca unu (agua serenada) Cuando la gente por alguna negligencia orina cerca de los pujus o chojnamamas, estas castigan (Gomel, 1992:99), otro autor señala que estas agua son muy celosas porque si no se las trata bien desaparecen dentro la tierra.

El Agua Estancada

A diferencia de los ríos que están relacionados con la vida se “considera peligrosas las aguas estancadas como las lagunas de la puna que no dan origen a ningún curso de agua” (Soldi: 22), en algunos lugares “las lagunas o aguas estancadas están ligadas a la muerte” (Greslou, 1992:17) e incluso merecen un pago para defenderse de sus poderes maléficos (Gomel Apaza, 1997:98). Por otro lado ocupan un lugar muy importante entre los guardianes tutelares de la comunidad y están relacionadas con el origen del ganado camélido (Soldi: 22). En Pukara región del Perú son consideradas como dueñas del ganado, son poseedoras illas que no son fáciles de tomar (Gomel Apaza, 1997:98), las lagunas también están relacionadas con lo femenino (Soldi: 22, Greslou, 1992:17).

AGUA Y SOCIEDAD

Fiestas del agua.

Algunos pueblos andinos realizan fiestas y rituales para el agua. Riviere en un trabajo sobre el sistema de Aynuqa de la comunidad Pumani describe la Fiesta del agua. Para este autor este ritual es el mas importante celebrado durante el año “es también un buen indicador de las modalidades del intercambió entre los hombres y los dioses que ilustra el ‘complejo chamanico’ en torno al cual la sociedad está articulada al cosmos” (Riviere,1994:101) Esta fiesta del agua se realiza el mes de diciembre con el objeto de atraer las lluvias y alejar al granizo, el momento mas importante de esta fiesta es la ceremonia ritual donde se rinde una ofrenda de agua a los Uywiris, de las aynuqas, la ofrenda de agua es transportada en yurus por personas (uma wawa apanir) de unas fuentes que nunca se secan, este rito se realiza con alcohol y coca quemando copal en brasas y pidiendo que ese año haya buenas lluvias (Riviere,1994:108). Posteriormente se realiza una fiesta donde se consume alcohol en cantidades abundantes, en este tiempo según Riviere se hace explicita la relación metafórica entre:

“El ciclo del agua, extraída de la fuente, conservada en el uywiri donde se evapora (el hecho de soplar sobre los Yuru”inicia” el circuito) para formar las nubes de donde caerá la lluvia... y por otra parte del ciclo “de beber” el alcohol en el cuerpo del individuo, expulsado en forma de orina, asimilada al semen fecundante” (Ibid, 1994).

La interpretación metafórica que realiza el autor sobre el inicio de la circulación del agua en el espacio social y el alcohol en el cuerpo como si el cuerpo fuera la tierra para cultivar es muy acertada pero su idealización puede llevar a interpretaciones muy atemporlizadas destacando un modelo estático.

Otra descripción de la fiesta del agua es la que se realiza cada ocho de septiembre en Cajamarca población de Perú (Castañeda). Esta fiesta ha sido estudiada y presentada como una fiesta de carácter religioso-popular de culto a la virgen de la Natividad o de culto al agua. Pero para Castañeda el aspecto religioso no es la detonante principal que activa la fiesta, mas bien vendría a ser el aspecto material. Para la autora este aspecto es representado en todos los trabajos comunales que se realizan antes, durante y después de la fiesta.

“El análisis religioso-folklórico no ha considerado la importancia de la fiesta en el manejo pasado y actual del agua. Sin embargo una nueva mirada a la Fiesta del Huanchaco nos refiere su vinculación con el manejo y control del agua, particularmente con las actividades previas en torno a la conservación de los sistemas de riego de los caseríos del distrito de Baños del Inca” (Castañeda, Internet).

Al igual que los pobladores de Pumani (Ribiere, 1994) se escucha que los campesinos cuando llegan a la celebración, imploran en primera instancia por "un buen año", entendiéndose que las lluvias deben ser oportunas y en las cantidades requeridas para la agricultura” (Castañeda).

En conclusión ella propone para comprender realmente el simbolismo del agua la “descripción de la fiesta en su componente de religiosidad popular y de folklore” y posteriormente describir los aspectos relacionados con el manejo de agua y la conservación de los sistemas de riego (Castañeda) de esta manera se tendrá una visión más integral de la fiesta.

En Andamarca, población del Perú Ossio describe otra fiesta del agua llevada a cabo durante las tres primeras semanas de agosto, esta fiesta es relacionada con el mito de origen de la comunidad (Ossio, 1992:311), los dos ríos el Visca y el Negro mayo que se encuentran en territorio Andamarquino son representados como opuestos complementarios por los dos grupos sociales que habitan el pueblo, cada uno de los ríos recibe libaciones y ceremonias, aunque existe un preeminencia del Negro mayo. La fiesta de yarqa aspi que también se realiza en este pueblo “se presenta como un ritual de fertilidad en el cual la madre tierra es fecundada por el agua que discurre a trabes los canales de irrigación y que desciende de la puna” (Ossio, 1992:312). La interpretación de la fiesta según el autor es la siguiente: “detrás de los valores de fertilidad y unidad que están presentes en la fiesta de yarqa aspi es uno de conjunción de opuestos complementarios, que es la forma andina de expresar la recreación del orden social” (Ossio, 1992:315). 

Las tres aproximaciones realizadas sobre la fiesta del agua en los Andes brindan significativos antecedentes etnográficos, sin embargo no dan muchos datos sobre los cambios sociales culturales e históricos que viven los pueblos y sus actores, si bien existen los comunarios de cada colectividad, los mismos también interactúan con otros habitantes de un determinado espacio territorial, estos otros actores también participan en estas fiestas y rituales, produciendo cambios en la forma de ser de todos los actores sociales.

RITOS PARA EL AGUA

Varios autores describen sobre los diferentes ritos que se realizan para pedir lluvias o agradecer y pagar al agua, todo esto debido a que la mayoría de las comunidades andinas son agricultores:

Cuando las lluvias no llegan en el momento preciso en algunos pueblos andinos se realiza un ritual donde se juntan las aguas que corren y las estancadas, en Isulga pueblo del Perú se desarrolla una ceremonia denominada chito qallu donde se mezclan agua de una vertiente y agua del mar (Soldi: 25, 1980). 

Ahora bien en Condo, se desarrolla un rito similar denominado yaku cambio, este ritual de cambio de aguas fue descrito por la antropóloga Linn Sikknik (1997) para la autora el ritual de cambio de aguas es componente de un universo mas amplio de intercambios realizados en el pueblo bajo la forma del encuentro de opuestos. “En estos escenarios, las divisiones en particular entre arriba y abajo y, masculino y femenino, se destacan y se “equilibran”, aunque su integración ha de quedar siempre incompleta” (Sikknik, 1997:122) Estos intercambios del agua generan una circulación entre el hombre y la naturaleza creando un vinculo entre ambos seres (Sikknik, 1997:122).

Algunas Conclusiones

Como se observa las referencias etnográficas presentadas por los autores citados brindan datos etnográficos sumamente valiosos pero me gustaría concluir resaltando tres aspectos: la forma de manejar el tiempo, la nostalgia existente al escribir y la forma de representar a los comunarios andinos.
Al interpretar la Etnohistoria, la tradición oral, se maneja el tiempo de
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manera poco seria privilegiando la continuidad y no el cambio, de este modo la “visión andina del agua” es presentada como opuesta a los cambios internos y externos.
Los investigadores latinos y poscoloniales aun tenemos una nostalgia por el pasado esta se manifiesta en nuestras etnografías, al privilegiar solo la continuidad de forma inconsciente, incluso las personas con las que trabajamos sienten esa nostalgia “antes era así el cambio de aguas ahora estos jóvenes ya no quieren hacer”, Gose y siknik perciben esta problemática pero es necesario sensibilizarse sobre este hecho y retomar también el cambio no como perdida.

Finalmente en la mayoría de los trabajos se presenta a los comunarios como “ritualistas a tiempo completo”, ¿donde queda lo cotidiano? ¿De que manera los símbolos de la vida cotidiana se utilizan en el conflicto, en lo que se refiere al agua?

Bibliografía
BOUYSSE CASSAGNE Therese / HARRIS Olivia, PLATT Tristan, CERECEDA Veronica,
Tres Reflexiones Sobre El Pensamiento Andino. HISBOL, La Paz, 1987.
CASTAÑEDA, Abanto Doris
La "Fiesta del Huanchaco", una fiesta del agua en Cajamarca, Perú Colegio de Postgraduados, México; Universidad Nacional de Cajamarca y la Universidad Privada Antonio Guillermo Urrelo, Perú.
HYPERLINK "http://www.archivohistoricodelagua.Info/index.php?option=com_content&task=view&id=43&itemid=51-47k"
www.archivohistoricodelagua.Info/index.php?option=com_content&task=view&id=43&itemid=51-47k
FRÍAS, Víctor
Mistis y Mokochinches. Mama Huaco, La Paz 2002
GOSE, Peter
Aguas Mortíferas Y Cerros Hambrientos. MamaHuaco La Paz 2001.
GRESLOU, Francois
“Visión Andina Y Usos Campesinos Del Agua”. En: Agua: Visión Andina Y Usos Campesinos, Hisbol. La Paz. 1992.
OSSIO, Juan. M
Parentesco, Reciprocidad y Jerarquía en los Andes Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 1992.
RIVIERE, Guilles
El Sistema De Aynuqa: Memoria e Historia De la Comunidad (Comunidades Aymara Del Altiplano Boliviano). En Dinámicas del Descanso de la Tierra en los Andes, ORSTOM, La Paz, 1994.
SIKKNIK, Linn
“El Poder Mediador Del Cambio De Aguas: Género y El Cuerpo Político Condeño”. En: Más Allá Del Silencio Las Fronteras De Genero En Los Andes, Arnold Comp. CIASE/ILCA, La Paz, 1997.
SOLDI, Ana Maria
El Agua En El Pensamiento Andino, Boletín de Lima N° 6. Lima. 1988.

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