REVERSOYDERECHO CLUB DE LECTURA 2012

1. SOBRE LO JURÍDICO, LO AGRARIO Y LO AMBIENTAL

1. SOBRE LO AGRARIO, LO AMBIENTAL Y LO JURÍDICO.

Para abordar un estudio coherente sobre el derecho agrario y ambiental, desde una perspectiva que supere la bipolaridad planteada en principio, presupone realizar aproximaciones teóricas convergentes sobre tres temas fundamentales a saber: lo jurídico, lo ambiental y lo agrario. Estas aproximaciones se hacen desde la perspectiva ético-política de la transdisciplinariedad, que presupone la transgresión permanente de las especialidades del conocimiento en busca de su reconfiguración permanente, a fin de obtener una comprensión integral del fenómeno jurídico. En nuestro caso concreto el derecho agrario y ambiental es una unidad temática alrededor de algunos puntos transversales como la propiedad, la tierra, el territorio, el agua, el derecho.

1.1. Lo Jurídico

La palabra Ius, de oscura etimología, probablemente devenga del sánscrito y esté asociada con la palabra que porta las costumbres jurídicas antiguas, que rigen la vida humana a un nivel que podríamos catalogar como jurídico, o con implicaciones jurídicas. Reglas de comportamiento, tabús, castigos, mitos son también lo jurídico.

En la antigua Roma el Ius era la contraparte humana del Fas, palabra que hacía referencia a la ley divina, la que emanaba directamente del poder de los dioses y era anterior a las costumbres antiguas, cuyos portadores son los prudentes. El Ius, como ley humana, hace alusión a todo un conjunto de costumbres de tipo jurídico, es decir, que regulaban las relaciones humanas donde la ley divina intervenía sólo tangencialmente, como fuente de la armonía del conjunto humano con el mundo de los dioses.

El Ius, cuyos orígenes son anteriores a Roma, son las llamadas mores maiorum o costumbres de los mayores, los ancestros. Ius, a la usanza antigua, hace alusión a conceptos como justicia, es decir, lo armónico y conforme a lo establecido, así como a una especie de compromiso político de las instituciones con los habitantes de la ciudad y sus dominios, de encontrarse atados a unas normas de convivencia establecidas por la costumbre y el uso antiguo.  El Ius, por asociación, es también  la palabra del sabio que conoce la ley; la palabra de los Prudentes, los que tienen el papel de decir la costumbre jurídica y dictaminar un juicio cuando así es requerido.

De Ius deviene la palabra jurar, acto mediante el cual un hombre pone a prueba su integridad y pertenencia a un espacio y un tiempo histórico-político determinado. Las connotaciones sagradas de la palabra jurar nos remontan al papel que el Ius tenía dentro de las sociedades que miraban en él ese campo del saber-sentir que propendía por mantener  las relaciones sociales en un punto de  estabilidad que  hiciera viable  el proyecto histórico político del momento.

Lo jurídico, tomando como punto de partida el Ius, hace alusión a todo un cúmulo de saberes dispersos en el todo social como costumbres de diferente tipo, encargadas de regular las relaciones humanas dentro de un tiempo-espacio determinado y particular, histórico, social, político, religioso. La escisión presentada en nuestro tipo de civilización de lo jurídico como una especialidad del conocimiento, con sus propios postulados de verdad y de búsqueda de la verdad, no es sino el resultado del pensamiento fragmentario, especializado y cientificista imperante, que aunque logra una impresionante profundidad temática, deja de lado la comprensión global de los fenómenos sociales objeto de su estudio.

La doble articulación que el Ius hacía con el fas, colocó en el centro de Roma un poder con dos cabezas visibles: el Rey Mago y al Sacerdote Jurista, el déspota y el legislador, el agrivillador y el organizador […] Su oposición es tan sólo relativa, funcionan emparejados, alternativamente, como si expresaran la división de lo uno o compusieran una unidad soberana. (Deleuze-Guatarí, 2001).

1.1.1. Lo jurídico dentro del pensamiento occidental

Hoy en día existen tres tipos de democracia que, hegemónicamente, son representativos de Occidente: la norteamericana, la inglesa y la francesa. Por alguna razón, los modelos impuestos por estos tres ejes de poder, ha presupuesto que el pensamiento jurídico de Occidente tenga estos referentes, desde la creación de las repúblicas.

Los principios de libertad, igualdad ante la ley, fraternidad y separación de poderes, hizo ruptura con el modelo imperante, unipersonal, real; la democracia lograda en Norteamérica mediante el modelo federal, permitió dar a luz a la máxima potencia del siglo 20.

Lo jurídico, en occidente, está plasmado por dos modelos básicos: 1) El sistema de common law  2) El sistema de origen romano-germánico[1].

1.1.2. Lo jurídico en el pensamiento antiguo en Roma

Material de lectura anexo:
Historia de las instituciones políticas romanas. Autora Claudia Rueda. Universidad Externado de Colombia.
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[1] El Derecho Común es la traducción literal del sistema jurídico aplicado en la Inglaterra medieval, utilizado en gran parte de los territorios de influencia británica, la Roma antigua y algunas civilizaciones orales desde las llamadas costumbres jurídicas o mores maiorum. Se caracteriza por basarse más en la jurisprudencia que en las leyes. El Derecho románico es aquel que se utilizó en la mayor parte del continente europeo, basada en las recopilaciones hechas por Justiniano y redescubiertas en las ciudades italianas de los siglos 10 y 11. El Derecho Romano-germánico es un conjunto de preceptos escritos del Derecho romano (derecho civil), matizado por las prácticas de los pueblos germánicos predominantes en Europa desde la caída de Roma, el Derecho Canónico y las posteriores codificaciones. Este derecho tuvo su apogeo después de la revolución francesa con Napoleón y el Código Civil.
En Inglaterra y los países de su influjo civilizatorio, el Derecho Románico suele denominarse The Civil Law, y suelen tener los mismos problemas de traducción, pues cualquier definición rebasa los límites de la misma en la práctica, ya que tanto uno como otro tienen enormes semejanzas, no sólo en el sentido general de su ser, sino por complejas redes histórico-políticas, en la que Roma juego un papel preponderante como foco de la llamada civilización occidental.

1.1.3. Lo jurídico en el pensamiento andino

[Por] medio de ese cuento hay una flor... una flor que hace revivir [...] Dizque habían encontrado un par de jóvenes; tonce ellos charlando, charlando dizque convinieron de una vez en compromiso para el matrimonio, pues tonce dizque llega esa muchacha, hija de un millonario y el muchacho hijo de un millonario también, pero los dos dizque hablaron - ¿me quieres?- desde luego, si señor, te quiero, te amo- ajá con el fin de casarse. Sí, tonce el compromiso dizque en que forma encontramos, el compromiso en qué forma entramos el compromiso. Tonce dizque dijo la muchacha, el que se muere primero irá a acompañar un año en el cementerio, pues, el que queda vivo, sea la mujer o el hombre, si es así casémonos e ir a acompañar al que queda vivo, ir a acompañar al muerto, si es mujer o es hombre; tonces, ya hicieron el compromiso, si es así casémonos; se casaron, nombraron al padrino, se casaron, largo tiempo dizque vivió bien, de pronto le da, dio la enfermedad siempre a la mujer como es debido, pues ya tocó ir a dejar al cementerio en un ataúd, y dentro de un pozo, y compromiso dizque era acompañar dentro de la bóveda junto al cadáver de la mujer, como era el compromiso. Dizque taparon... Dizque como ese era compromiso, dizque hicieron un campito que quede dos, al lado del marido. Ya dizque en la primera noche dizque fue primero ya, empezó el compromiso que tenía, pero él, pues joven, dizque pues, con un vecino, dizque dijo ya un año para dar la vuelta a acompañar al cementerio, ayude a contar cuantas velas entrará, si de una vez a comprar. Ayudo a contar para cada noche una esperma, llevó una esperma que dure una noche entera, tonce ya ayudaron a contar, tantas velas. 

Dando cuenta si ya está cumpliendo un año... ya dizque fue gastando la vela en tanto dar la vuelta, la mitad ya dizque iba entonces, él ya llegó, ya voy llevando la mitad, ya voy medio año. Así cuando ya dio cuenta más poquito la vela dizque entró a jugar un par de lagartijas dentro de la bóveda, y en todas las tardes. Para la defensa del marido dizque llevó un arma, carabina o rifle,  por ahí así esa dizque era la defensa... Por ahí a lado del cadáver. Tonce dizque entró la lagartija, dizque entró una, así en una rendija, eche jugadas, eche jugada, porque molestaba mucho así, en otras noches dizque vino el pensamiento. Al final dizque podía mover en el pleno que estaba jugando, dizque con el calibre hace en el cuello, había aplastado. Al rato dizque lo quitó. Al machucar dizque no movía: había muerto a la lagartija. Tonce la lagartija hembra, pues el macho había quedado vivo. Tonce había salido, pues, a buscar una escobita de flor azul. Con ese, pues, dizque se fue flotando, pues dizque con ese desde las uñas hasta la corona, bien parejito, sobó así, bien, cuando se revivió esa lagartija, estando ya muerta ya ratico, pues dizque demoró en ir a buscar la escobita de flor azul. Tonce otra vez dizque jugaron, se alegró, contento que estaban jugando. Así mismo dizque levanto la carabina con  el calibre, despacito... Tonce la lagartija ya estaba salida... pues ya no regresó por la escoba. Tonce él la cogió. Tonce pensó, con esta escoba yo voy a guardar hasta gaste así todas las velas, pues para que ya no me queden.

Cuatro espermas, tonce me faltan cuatro días no más para completar el año. Tonce, pues, él ya del ansia que hizo revivir la lagartija, él también puso así mismo, cogió esa escoba, hizo así mismo conforme que revivía a la lagartija, como fue, como sobó con la escoba, desde las uñas hasta la corona, así mismo, parejito, también él puso a la mujer, así mismo dizque demoró, cuando dizque se revivió, antes de completar el año, ya revivió -¿Dónde estoy?- dizque dijo. Tonce, tonce dizque dijo en el cementerio, yo voy a cumplir, las velas se acabó pues ya cumplo, pues usted ya revivió. Bueno, pues, agradeció, le dio un abrazo a su esposo, salieron pues ya de la bóveda, por ahí se quedaron charlando el par de queridos, otra vez. ¿Ahora qué vamos a hacer?- Camine, vamos a la casa, yo cumplí mi deber- Estoy contenta[1].

1.2. Lo agrario.

Lo agrario es lo referente al agro, palabra que etimológicamente alude a la tierra, territorio o lugar donde asentarse y cultivar frutos (agricultura). Lo agrario hace alusión a la agricultura como tecnología humana y herramienta para la apropiación de un territorio y su aprovechamiento en la producción de alimentos, mediando una relación que supera lo meramente económico, mediante elementos inseparables de espiritualidad. Lo agro como lo referente a la tierra es, por esencia lo que vincula al hombre con un lugar, un espacio-tiempo histórico, político, sagrado determinado e irrepetible.

1.2.1. El Agricultor mítico en occidente[2].

En la mitología judeo-cristina que transversaliza la forma de entender el mundo en Occidente, Caín, el primogénito de Adán y Eva, es quien, de alguna forma, “inventa” la agricultura o se convierte en su primer representante; como contrapartida, Abel, su hermano menor, es el pastor, oficio de los nómadas y que, por lo tanto, es anterior a la agricultura en el tiempo. Esta visión  presupone ya, de entrada, un punto de partida donde la agricultura se convierte, simbólicamente, en la fundadora del mundo humano, pues del tronco de Caín, el asesino, deviene la  primera descendencia humana y la primera ciudad, Enoc, en la tierra de Nod, llamada así en  honor a su primogénito. Esta ciudad, que encontró los límites de la perdición, fue destruida por el diluvio

Caín, practicando su saber, fue rechazado en el sacrificio que ofreció a Yavé. Esta negación –inexplicable- de Dios, aunada a la negación  transgredida por Eva y Adán, míticamente convierte al hombre en el hijo de las negaciones, de los tabúes y demás normas de conducta social que devienen en derecho.

[…] Hasta ese momento sólo había realidades materiales: agua y tierra, plantas, un jardín, los animales y el hombre. Por la prohibición llega  al mundo una realidad espiritual. Es la palabra prohibitiva, el “no”, que no actúa tan inmediatamente y por ello no es tan poderoso como la Palabra creadora de dios al principio de la creación. Este “no” suscita la libertad del hombre y a la vez se dirige a ella. Pues se somete al arbitrio del hombre su obediencia a este “no” prohibitivo[3].

El no marca un afuera, un estar por encima de algo. En la negación nace el mundo de lo jurídico como lo que se puede obedecer o no. Por supuesto que no obedecerlo implica severos castigos, como la marca que Caín lleva en su cuerpo y el destierro perpetuo al que fue sometido, pues fue alejada la muerte de él.


[1] CEBALLOS, F. /TUPAZ, D. El derecho y el Carnaval en el manejo cultural de la violencia en la cultura indíogena inga del valle de Sibundoy. Archivo propio, inédito. Página 124.
[2] Entendemos por Mito  la forma elaborada del pensamiento mediante la cual el hombre logra la comprensión del mundo, siendo partícipe de una historia y un devenir colectivo, sagrado y trascendente, que desvincula al hombre de su individualidad fusionándolo con un cuerpo social al cual pertenece, al cual defiende, en el cual nace y muere según unos postulados verdaderos desde todo punto de vista. El Mito es la expresión de la palabra sagrada, originada en tiempos inmemoriales y que funciona para explicar el cosmos, aún en el caso de las sociedades científicas, que poseen “mitos científicos”, textos, verdades que intentan encausar el devenir impredecible de las múltiples realidades. Mito proviene del griego Mythos, cuyo significado de palabra, de palabra sagrada, contrastaba con la palabra Logos, cuyo significado de palabra “razonada”, la diferenciaba en cuanto a la función que cumplía dentro de la sociedad griega, como portadora de un saber diametralmente distinto al del mythos. No se trata del hecho de que la palabra del Mito hubiese sido “irracional”, sino que era una palabra racionalizada bajo otros puntos de vista, más allá de lo humano, vinculando realidades de dioses y ritos en los que el hombre se mira inmerso dentro de un grupo social diferenciado de los demás. Con Aristóteles que se empezó a contraponer al Mythos con el Logos, descalificando al primero por su elaboración “irracional”; este pensamiento tendría preponderancia más adelante, en la época del renacimiento, la ilustración y el cientificismo, cuando el Mito sea asociado a un pensamiento “atrasado”, “primitivo” y mentiroso al que es necesario superar para la construcción de una sociedad distinta; “desarrollada”.
[3] SAFRANSKI, R. El Mal o el drama de la libertad. Ed. Tusquets, 2000. Página 24

La agricultura como tecnología, demarca el paso de un tipo de sociedades nómadas, a unas sociedades de tipo sedentarias, que logran desarrollar lo urbano como concepto de civilización: con la agricultura se demarca el nacimiento de las grandes ciudades. Tener, poseer extensiones de territorio para destinarlo a la práctica de producción de alimentos, presupuso el nacimiento de la propiedad de la tierra como derecho. El poder el Roma era ejercido sólo por los propietarios de tierras y cuyo origen era romano. El populus era el fundo de territorio que el Pater Familias tenía y con el cual formaba parte de los órganos de poder.

1.2.3. El agricultor andino.

En lo agrario, entendido como la relación del hombre con el territorio para la producción de alimentos, está presente el pensamiento ancestral de cada rincón del planeta, de sus propias furias y criaturas físicas y espirituales. Lo agrario se define, no sólo por los postulados generales tierra-propiedad-producción de alimentos, sino por los postulados mítico-sagrados que en cada rincón del planeta operan, más allá de las relaciones de propiedad y producción capitalista que imperan hoy por hoy en las concepciones jurídicas vigentes.

El agricultor andino vive su quehacer como algo sagrado, a niveles conscientes e inconscientes, cuyos nexos espirituales son innegables, aún hoy, con prácticas cotidianas de agricultura mediadas por tecnologías antiguas y nuevas, entremezcladas con férreos lazos espirituales con el entorno ecológico, inquebrantables a pesar del paso de la aplanadora civilizatoria cientificista europea que ve en la tierra una “máquina” de producción de alimentos, entendible desde los postulados de la ciencia, desarrollando fertilizantes que terminaron por desgastar el suelo en muchas partes del mundo.

En el mundo andino el agricultor es el mediador sagrado entre el mundo de los hombres y el mundo de los espíritus, a la manera de todos los pueblos antiguos antes del triunfo del pensamiento materialista y económico imperante. Esa mediación con la Tierra  posee connotaciones tan fuertes como las que ligan a los hijos con una madre, y así lo expresan los nativos que resisten desde las trincheras de su saber-pensar-sentir-hacer, avasallado por la avalancha mediática y tecnológica con la que los modernos estados intentan volver “productivo” el campo.

Desde el momento mismo en que los europeos arribaron con el cristianismo y el espíritu de apropiación, acumulación y sometimiento con que realmente se impusieron América y que aún hoy sigue siendo el trasfondo de dominación en el mundo, los nativos encontraron la manera de preservar sus vínculos sagrados con la tierra, mezclando sus creencias con las de los invasores y potenciándolas a niveles sincréticos extraordinarios, que hoy en día encuentran espacios donde florecer, escondidos en el manto de una Virgen o en algunos rituales inconscientes de la fertilidad practicados en sus fiestas locales, en sus días para la siembra y la cosecha, entre otros.

1.2.4. El desencanto.

Más adelante, hacia el pasado, por un movimiento de inversión del pensamiento, están los espíritus de los ancestros originales, que aún perviven camuflados en narraciones míticas empotradas en una manera de ser única, llevada en los genes como habitantes americanos. Lo curioso, y tal vez allí estén algunas explicaciones profundas, es que el arbitrio de los seres pensantes por desobedecer aquello que se les ha prohibido, tiene como fundamento el mundo de los hombres, pues cuentan que antes del hombre existieron otros hombres; hombres antes del sol, gentes de lo oscuro, que por su arrogancia y desobediencia, fueron castigados con el encantamiento, con su paso a un nivel etéreo y nuboso de la realidad, encantados, muchas veces petrificados como dicen de los espíritus que flotan sobre las ruinas de Tiwanaco.

En lo agrario confluyen una serie de pensamientos que revelan estructuras de poder bien definidas, por las que aún hoy se presentan conflictos, muchos de ellos sangrientos; otros ya míticos y legendarios.

Lo agrario, en el ordenamiento jurídico colombiano, como primera medida hace alusión a la regulación de los hombres con la tierra destinada a la producción agropecuaria, y por lo tanto, atravesada por conceptos como propiedad, propiedad privada, propiedad colectiva, regulación de negocios jurídicos y pleitos judiciales entre particulares y personas jurídicas privadas, públicas y mixtas, inmersas todas en la economía de mercados global.

Por supuesto que para entender todos y cada una de los aspectos que permean este mundo del derecho agrario, e integrarlo dentro de la visión ambiental transdisciplinaria, es necesario utilizar metodologías integradoras, móviles, andantes, itinerantes del conocimiento, pues para adentrarse en los problemas  de la tierra, hay que conocer qué factores sociales, políticos, económicos, religiosos y de otro tipo, intervienen en la producción de normas jurídicas para la regulación “pacífica” entre los propietarios y los desposeídos. Es decir, permitir un encantamiento del mundo[1].

1.3. Lo ambiental

Lo ambiental es un término acuñado por la biología, y hace referencia a un sistema complejo en el que interactúan seres naturales y espirituales en relaciones de intercambio y reciprocidad. Del equilibrio de estas fuerzas depende el equilibrio del planeta. Lo ambiental, por definición, apunta a la búsqueda de ese equilibrio como postura política y ética.


[1] MAMIÁN, Dumer. Tiempos del Encanto y desencanto en los Andes Sur colombianos en Memorias del Primer Seminario Internacional de Etnohistoria del Norte del Ecuador y Sur de Colombia. Facultad de Humanidades, Historia y Sociales. Univalle. Cali, 1995.  Página 240: “Para Don Bernabé [...] la historia de estas comarcas y toda la historia se ordena en  la secuencia, turno o alternancia de dos períodos, totalidades o mundos: el espacio- tiempo del encanto y el espacio tiempo del desencanto [...] En el pensamiento de estos Andes encantar quiere decir trastornar, trastocar, perder el estado de conciencia “normal”, pasando a otro poner un orden al revés.


Lo ambiental es, por definición, todo lo concerniente al buen equilibrio del territorio planetario o Casa Mayor donde moran los humanos en interacción con otros seres, de los que toma recursos y a los que arroja basuras en este modelo-mundo. La ecología nace como disciplina integradora que parte de la premisa que el  conocimiento del planeta, de la casa o ambiente.

El ambiente, según los parámetros establecidos por las ciencias naturales, posee distintos factores desde el punto de vista  físico (geografía, geología, clima, contaminación, urbanismo), biológico (flora, fauna, población humana) y espiritual (centros energéticos, espirituales, religiosos) que deben confluir para un adecuado equilibrio de fuerzas que permitan condiciones óptimas de vida para todos los seres. En muchos sentidos, lo ambiental tiene profundas semejanzas con la idea de lo jurídico desde la cual partimos y que, en todo sentido orientará el prisma de visión desde el cual partimos.



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